Una disciplina emergente: sociología
Desde que Durkheim dirigiera la primera cátedra de sociología esta nueva parcela disciplinal de conocimiento se ha debatido entre la tradición reflexiva, de contemplación y análisis, y una tradición funcional, de medición y cambio en la tradición científica "científica".
Hoy las catedras chilenas todavía marcan esta la dualidad, de modo que elegir una universidad no sólo implica el prestigio que ésta tiene, también el tipo de profesional que guían, que intentan moldear, las herramientas que le entregan y finalmente, el tipo de trabajo al que tendrá acceso en el futuro.
Mientras el mundo moderno perfila mejores opciones en los mercados para sociólogos que se dedican a estudiar mercados, a medir percepciones y aplicar escalas estadísticas para estimar las acciones de las personas. Los que se dedican a la teorización reflexiva de la realidad, se encuentran en una situación similar a sus pares filósofos, es decir, unos pocos logran puestos académicos, de docencia y de investigación, para los demás... no hay mercado.
No hay mercado ya que nadie sabe qué hace un sociólogo. Qué le aporta a una empresa que no posea un ingeniero civil, a un departamento de personal que un psicólogo social no posea, a el ministerio de economía que los analistas internacionales de comercio ya no hayan dicho.
La sociología forma... o de-forma, logra cambiar la forma de entender los procesos, los conceptos, el mundo. Un egresado de sociología logra entender el mundo como un sistema, como un entramado de redes culturales, sociales, técnicas, económicas, políticas... aporta la visión global que los especialistas (por parciales que son sus campos en que perfeccionan su conocimiento) no logran ver.
La sociología es una disciplina, no una ciencia (a juicio personal), que debe estar presente en todo equipo transdisciplinal, ya que logra conectar las habilidades que cada especialista maneja.
En mi experiencia profesional, he logrado interactuar con ingenieros comerciales, de ejecución, administradores de empresa, antropólogos, cientistas políticos y psicólogos laborales, y mi labor siempre ha sido aportar el modelo general, que logra integrar todos sus conocimientos, y que le de un sentido último al trabajo a realizar, cumpliendo siempre la meta trazada.
Entender que la pobreza no es que a la señora Juanita le falten $100 para el pan, que la baja en los índices de delincuencia no significan menor temor ciudadano a ella, que los medios no sólo informan sino que crean un mundo de sentido, que un bono de navidad no es sinónimo de satisfacción laboral, implica ver más allá de la política, práctica o práctica particular, implica modelar la realidad y entender un conjunto mayor de variables, que permitan explicar el mundo cada vez más complejo en el que vivimos, o terminaremos rindiéndonos y aceptando la mediocre afirmación de que vivimos en el "mundo irracional post-moderno".
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